Eternidad
Eternidad
Al final de tu viaje, transcurridos todos los años de tu vida, tu destino eterno habrá quedado determinado de acuerdo a cómo escuchaste la voz de tu conciencia...
Eternidad
El Dios verdadero no se equivoca cuando juzga y distingue entre el Injusto y Depravado, el Justo y el Santo. Aunque el cristianismo nos ha hecho creer falsamente que sólo podemos ir al cielo o al infierno, la verdad es que hay tres destinos eternos para la humanidad, y no dos.
Dios reconoce otra categoría de personas: aquellos que son justos, de acuerdo al conocimiento instintivo de la verdad que es inherente a su conciencia.
Aunque no hayas pensado nunca que pudiera haber tres destinos, la verdad de estas palabras resuenan en tu conciencia. ¿Cómo podría un Dios justo arrojar al Lago de Fuego a personas honradas, que han hecho el bien? ¿Condenaría al tormento eterno a los hombres y mujeres que se esforzaron en su vida por mantener una buena conciencia? ¿Les trataría igual que a los cobardes, egoístas, codiciosos, mentirosos y pervertidos sexuales quienes deshonraron y corrompieron a otros, además de sí mismos?
¿Para qué necesitaríamos la conciencia si Dios no fuera a recompensar a los que se esfuerzan por mantenerla?
Así que, ¿a quién culparás de tu destino eterno, cuando vayas allí? Porque, al fin y al cabo, eres tú mismo quién decide donde irás. El Creador no te va a obligar a hacer el bien. Puesto que el conocimiento del bien y el mal están dentro de ti, tendrás que dar cuenta de tus acciones.
El hombre caído debe vivir de acuerdo al conocimiento que tiene del bien y el mal. No puede extender su mano y comer del Árbol de la Vida porque está sentenciado a muerte a causa de su pecado, y no puede acceder a él a menos que alguien ocupe su lugar en la muerte.
Yahshua, el Hijo de Dios, tomó nuestro propio juicio sobre Sí mismo, y fue a la muerte en nuestro lugar, abriendo así el camino de vuelta para nosotros. El es el Árbol de la Vida. Todos los que entreguen su vida a Él totalmente, en absoluta rendición, podrán comer del Árbol de la Vida. Todos ellos formarán un pueblo puesto aparte, del mismo modo que estaban aparte el Árbol de la Vida y el árbol del conocimiento del Bien y del Mal. Son Su pueblo santo, quienes conocerán íntimamente al Mesías en una relación que permanecerá por toda la eternidad.
Tú puedes pertenecer a su pueblo santo, si lo deseas.
Eternidad
Tus pensamientos se tornan en palabras
Tus palabras llegan a sertus obras
Tus obras forman tus hábitos
Y tu carácter determina
Tu Destino eterno.