¡El Yellow Deli en General Rodríguez!

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La Historia del Yellow Deli y su gente      

Finalmente el día llegó...

Después de 15 años abrimos las puertas para no cerrarlas nunca... Vamos a abrir las 24 horas, desde el domingo al medio día hasta el viernes a las 3 de la tarde. Hay muchas preguntas en el aire: ¡Y porqué este lugar? ¿Porqué este tipo de restaurante en General Rodríguez? ¿Cual es el "motivo"?
Hemos escrito este artículo para tratar de responder a estas y otras preguntas, pero puedes preguntarnos en persona si te gustaría saber más.

Porque en General Rodríguez

En realidad, nosotros no elegimos General Rodríguez... No sabíamos el lugar en donde deberíamos esta «plantados» y dónde «echaríamos raíces». Viajábamos a través de paisajes espectaculares y aldeas pintorescas, sin embargo esperábamos algo mejor que eso: un lugar en donde poder compartir nuestra vida con otras personas. Así pues, gracias a muchas y distintas «intervenciones divinas», fuimos guiados a un pueblo pequeño y tranquilo a las afueras de la gran ciudad de Buenos Aires. Esto ocurrió en 1998. La gente era amigable y nos recibieron muy bien. Finalmente encontramos nuestro lugar definitivo en la zona de San Bernardo a las afueras de General Rodríguez!

En aquel tiempo eramos pocos, pero pronto nuestro numero incremento. Gente nueva que íbamos conociendo comenzó a formar parte de nosotros, ademas, algunos de nosotros nos casamos y tuvimos hijos. A lo mejor has atendido alguna de nuestras bodas...

Nos encantaba estar juntos y amamos nuestra vida en comunidad, pero siempre habíamos tenido el deseo incandescente de acercarnos a ustedes, nuestros vecinos. Por eso deseábamos y orábamos que pudiéramos tener un lugar en el pueblo para servir y cuidar de las personas y donde pudiera crecer nuestra amistad con la gente del pueblo, el cual, poco a poco llego a ser nuestro pueblo.

Como nos hicimos de un lugar tan maravilloso

Muchos piensan que somos ricos, especialmente porque nos localizamos justo en el centro del pueblo, en una de las esquinas históricas... pero no los somos. Adquirimos este lugar en el ano 2004. Estaba en ruinas, abandonado y desolado. No era muy costoso, de otra manera no lo hubiésemos podido comprar... fue un milagro. En aquel tiempo esa esquina era muy tranquila, perfecta a nuestros ojos y llena de futuro. Fue la respuesta a nuestra oraciones!

Los primeros pasos
Ya teníamos el lugar, pero no sabíamos como proceder. no contábamos con dinero para poder invertir; a pesar de eso, sabíamos que este lugar llegaría a ser un «terreno en común». ¿Y que podríamos hacer? ¿Como conseguiríamos el deseo de nuestro corazón? Sin embargo; había algo que podíamos hacer, ¡podíamos limpiar! ¡manos a la obra! Además, podíamos hacer amigos con nuestros vecinos. ¡Y lo llevamos a cabo! ¡Que sorpresa tan admirable el poder llegar a conocer a cada uno de ellos! A través de los años; la historia de General Rodríguez y su pueblo llegó a entretejerse con la nuestra; y con la de nuestro Yellow Deli.

Por supuesto; no fue difícil comenzar a darse cuenta de los problemas que el edificio tenía: El cielo raso necesitaba ser reemplazado; la fundación restaurada, las paredes demolidas, pisos reconstruidos; primero lo primero. Un equipo comenzó a cortar algunos de los árboles que eran peligrosos debido a que se encontraban plantados cerca de las casas de los vecinos; entonces, los limpiamos en el aserradero de un amigo en Luján, para renovar los techos y las paredes. Bueno... reparamos lo básico. Después de algunos años; ¡ya estábamos listos para continuar! Pero todavía nos faltaba lo más importante: Faltaba lo que «compone» al Deli.

La madera de granero

El gran desafió. La madera que hace del Deli un lugar tan especial, es madera de granero vieja que ha pasado por las tormentas de la vida, expuesta a la erosión del tiempo; y eso, le da belleza. Ninguna tabla demasiado vieja o demasiado desgastada y descolorida como para no encontrar un lugar en el Deli. Cada pedazo de madera expresa la calidez única que proviene de la simpleza. Buscamos y buscamos pero solamente pudimos encontrar ladrillos y laminas viejas. No hubiese sido lo mismo comprar madera y dejarla envejecer; no hubiese tenido historia que contar, y además ni siquiera disponíamos de los recursos para ello...

 

Inesperadamente, algo inusual ocurrió. Una tormenta extraordinaria paso al oeste de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, echando abajo miles de árboles enormes y viejos. Nuestra propiedad en el área de San Bernardo, en donde habíamos vivido desde 1998 (¿recuerdas?) también sufrió la perdida de algunos arboles viejos. Estábamos tristes por los arboles; pero al mismo tiempo confiados de que era provisión de nuestro Abba (Padre en hebreo); así que los enviamos a ser aserrados, para después dejarlos secar.

Incluso con lo anterior, no era suficiente. Necesitábamos encontrar gente con viejos graneros o cobertizos que deseaban demoler. Nosotros podíamos llevar a cabo la demolición y quedarnos con la madera.

Ese; sin duda, era el siguiente paso. Se escuchó a alguien decir: - Hay madera en el norte de Argentina. Alguien más dijo: - Hay madera en el sur. Decidimos explorar para ver si nuestro Abba nos ayudaría. Dijimos: -Hay que ir al norte; pero al final, fuimos dirigidos al sur; y hacia el sur nos dirigimos. ¡Las puertas nos fueron abiertas! Encontramos viejos cobertizos de madera en las tierras escondidas de la Patagonia; los dueños estaban dispuestos a hacer negocios con nosotros. Al cabo de algunos meses de trabajo; un camión semi-remolque cargado de preciosa madera vieja comenzó su largo trayecto en dirección de General Rodríguez. Fue en esa «aventura» que Kefa Ariel nos conoció y encontró su hogar con nosotros.

Sin embargo, aun no teníamos suficiente madera; era hora de ir al norte; a la tierra calurosa de Misiones. Ahí, rodeados por veredas de barro rojo, cobertizos y graneros entregaron su madera. Tras algunos meses de trabajo; otro semi-remolque, esta vez en dirección opuesta, pero con el mismo destino, arribó lleno de valiosa madera vieja. Poco a poco, ¡pilas altas de madera comenzaron a aparecer alrededor de nuestras propiedades en General Rodriguez!

 

Los últimos toques

Mucho se había conseguido, y mucho todavía faltaba. A principios de 2018, ya teníamos la madera y nuestros amigos de otras comunidades enviaron los refuerzos que necesitábamos, desde Brasil, República Checa, EE.UU.  nuestros amigos vinieron a darnos ayuda para que el Deli pudiese nacer lo más pronto posible. Nuestros hijos que aun eran jóvenes hace 15 anos, hoy estaban a nuestro lado, con el mismo entusiasmo pero con más fuerzas! Fue un año intenso lleno de desafíos. Muchos amigos de Rodríguez y ciudades vecinas nos vendieron materiales a precios muy buenos. También aprovechamos muchas subastas donde encontramos equipo para restaurante y equipo de aire acondicionado a precios que podíamos pagar. Nuestro deseo se hacia realidad, y muchos de ustedes lo han visto desenvolverse poco a poco!

Por fin tenemos un lugar en donde podemos servirte, donde puedes sentirte como en casa, un refugio de paz en medio de la tempestad. Y ya que las tempestades no respetan horarios o agendas, abriremos las 24 horas!

en General Rodríguez

Intendente Pedro Whelan 501 | Esq Moreno, General Rodríguez B1748FYC, Argentina
011 15-6864-8657

Somos una comunidad de familias y gente soltera que vivimos juntos y tenemos una vida en común.

Compartimos todas las cosas y hacemos todo juntos. Esta vida juntos nos posibilita el poder vivir para los demás y no para nosotros mismos. Esto quiere decir que desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, podemos ocuparnos de las necesidades de los demás, mientras otros se ocupan de las nuestras.

Servimos el fruto del Espíritu; el Espíritu que reúne a gente de todas las razas, edades y pasados diferentes a unirse por la causa del amor, y hace entrar por las puertas del Deli a las personas más diversas. Blancos, negros, jóvenes, mayores, ricos y pobres podrán disfrutar igualmente de un ambiente cálido y genuino o, como solemos decir: "Es aquí donde el príncipe y el mendigo encuentran un terreno en común."

 
 
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