La Pascua - El Comienzo de la Restauración
La Pascua es el tiempo en el que recordamos el evento más importante de la historia de la humanidad, la muerte y resurrección del Hijo de Dios (o Yahshúa). Este hecho fue la prueba contundente de que el ser humano puede vencer la muerte si vive una vida sin egoísmo1. En verdad, la escritura usa otra palabra para el egoísmo, pecado. Pero es lo mismo. Es en el egoísmo donde se arraiga el pecado, donde Satanás nos toca y corrompe2 . Y es en esa esclavitud en la que el ser humano se encuentra, en la esclavitud de una vida para sí mismo3, bajo la influencia del gobernante de este mundo4. La primera Pascua fue también un hecho muy importante, fue la liberación del Pueblo de Dios de la esclavitud, a través de la mano poderosa de Dios. Fueron 10 plagas que Él utilizó para ablandar el corazón del Faraón, la última, una plaga mortal, una pandemia. Fue necesaria para ablandar el corazón del hombre5.
Volviendo al primer siglo, después de la resurrección, hubo una manifestación muy clara, evidente, que puso la sociedad de ese tiempo “patas para arriba”6. Fue la manifestación de la imagen de Dios en la tierra (Jn 17:21-23; Ef 5:23; Ef 4:16; Ef 1:22-23). Finalmente el plan de restauración estaba en marcha, algo que Él solo no podía hacer. Fue por eso que tuvo que irse7. Su resurrección fue entre las luces, es decir al atardecer, al final del sábado y comienzo del primer día, después de tres noches y tres días. Ese día también era especial, era el “día de la primicias”8. Él era esa primicia. El “plan de restauración” había comenzado. Después de varios encuentros con sus discípulos, los confirmó9 y les dio las ultimas instrucciones, ellos se reunieron por 10 días, todos juntos, como una cuarentena, y se aseguraron de representar la Imagen de Dios (Jn 17:21-23), su unidad y su amor por Dios y unos por otros era perfecta.
Estaban listos. Era el tiempo de otra fiesta, Shavuot, o Pentecostes (palabra que significa “50 días”). Esa fiesta era la fiesta de la cosecha, eran los “primeros frutos” de la cosecha de ese año. El Espíritu Santo vino sobre ellos con poder10, y el resultado fue impresionante.
Salieron a hablar de Yahshúa y muchos de los que lo habían crucificado fueron cortados en sus corazones, y fueron salvos de la esclavitud del egoísmo, para formar parte de la restauración, Su cuerpo en la tierra (Hch 2:3-42). ¡Ellos eran los primeros frutos! Hechos 2:44 describe con mucho detalle como era el Cuerpo del Mesías, Su imagen en la tierra. Era una vida, con familias, solteros y solteras, jóvenes, niños. Donde se amaban y cuidaban unos a otros. Había algunos dedicados a producir y distribuir la comida (Hch 6:1-7). Otros cocinaban, y entre todos limpiaban la casa y la cocina. Algunos hacían casas, otros muebles, ropa y zapatos. Otros arreglaban las herramientas que necesitaban. Y por supuesto, se reunían cada mañana y cada tarde para alabar y reconocer a su Salvador, aquel que los había librado de la esclavitud, con música, danzas y profecía11. Era el principio de “el tiempo de la restauración de todas las cosas” que Dios habló por dedio de Sus santos profetas (Hch 3:21; Am 3:7). Esa vida, la cual se llamó “El Camino”, brilló con mucha gloria por un breve tiempo hasta que, el “toque” de Satanás los llevó a vivir para si mismos otra vez. Y así el tiempo de la oscuridad volvió, como lo había profetizado el mismo Yahshúa12.
Pero la semilla estaba ahí, esperando a los tiempos propicios, los tiempos del fin, donde la restauración otra vez se iba a poner en marcha.
Estos tiempos han llegado, serán tiempos difíciles, tiempos de crisis. No solo lo sabemos por las señales que vemos a diario, sino por el hecho más importante, y tal vez el menos considerado, y es que, “el Camino” (Hch 24:14), la vida del principio, está otra vez sobre la tierra. Hechos 3:21 dice claramente que Él no va a regresar; se encuentra retenido en el cielo; hasta la “restauración de todas las cosas”. Los profetas que hablaron de esta restauración desde la antigüedad, hablaron de la restauración de la vida tribal, no solo en el antiguo testamento, sino mucho más claro, en el nuevo testamento (Hch 2:44, Hch 4:32). Y dicha restauración está otra vez en marcha, comenzando por la vida de Hechos 2:44, para seguir con toda la tierra, y después el universo.
Estas invitado a ser parte de “La restauración de todas las cosas”
1 (1 Jn 5:18)
2 (1 Jn 5:18)
3 (1 Cor 5:15, Mt 16:24; Mr 8:34; Lc 9:23)
4 (1 Jn 5:19)
5 (Ex 5:1-12:51)
6 (Hch. 17:6)
7 (Jn 16:7)
8 (Lv 23:10-11)
9 (Jn 20:23-29, Jn 21:1-19)
10 (Hch 2:1-2)
11 (1 Tm 2:8; 1 Cor 14:26)
12 (Jn 9:4)