El cordero de Andrés
Era un día soleado y caluroso. Andrés y su padre iban por el polvoriento camino hacia Jerusalén.
Era un día soleado y caluroso. Andrés y su padre iban por el polvoriento camino hacia Jerusalén.
Una persona que se enfrenta a una muerte irrevocable, no duda acerca de la realidad del juicio. En ese instante sabe a dónde le lleva su vida, ya no puede seguir ignorando la voz de su conciencia.